Jose Mº Gorrotxategi fundó el museo con la idea de dar a conocer la confitería como oficio artesano.
La confitería de Tolosa fue fundada en 1680 y desde 1925 hasta hoy lo regenta la familia Gorrotxategi ya en su cuarta generación. La colección del museo surgió tomando como base la antigua confitería XAXU después de años recolectando piezas.
El precursor de la confitería fue el Cerero, es decir, la persona que hacia velas y trabajaba con la miel (apicultor).
El azúcar de caña importada por los árabes fue sustituyendo a la miel (que fue el único edulcorante hasta le llegada del azúcar), posteriormente se generalizó su uso dando origen a los caramelos, confites, turrones… Por ello el Cerero paso a ser el Confitero y de ahí su gran importancia y su presencia en las calles mayores de las capitales de todas las comarcas, ya que su importancia radicaba en ser un conservador de alimentos, con los cuales hacía trueques con los vecinos que no disponían de moneda, por eso prácticamente era el ultramarinos del pueblo.
Poco después llegó la mejora con el transporte trayendo consigo la industrialización y con ella la competencia, ya que hasta la fecha sólo había una familia de confiteros, la cual tenía el monopolio en su comarca.
La mayor parte de las piezas del museo fueron elaboradas por artesanos vascos utilizando madera, piedra, hierro y cobre.
Os dejo con las fotos que pude hacer en el museo por orden cronológico. Podréis ver la evolución en la maquinaria para que el hombre cada vez hiciese menos esfuerzo físico.
Con la reinado de los Borbones empieza a consumirse el café, seguramente gracias a los comerciantes italianos. Se empezó a tostarse en painas o peanas para pasar después a recipientes cerrados para conservar todo su sabor, aroma y olor.
El café se infusionaba en pucheros hasta que salieron las primeras cafeteras Express.
Aquí tenéis varios molinillos y cafeteras de cocción griegas, turcas, italianas… El mortero de los beduinos nómadas de Siria, que también lo usaban como instrumento de percusión.
El origen del cacao lo sitúan en Guatemala y México, usado desde el 1.100 a.c. por los Olmecas.
Se introduce en la península como consecuencia del descubrimiento de América y no tardó en expandirse por Europa primeramente como alimento medicinal y posteriormente como protocolo de bienvenida de la alta clase.
El cacao fue primeramente comercializado por holandeses y belgas, ya que gran parte del cacao traído por los barcos españoles era depositado en las lonjas de los banqueros flamencos como pago de todo el dinero prestado a los reyes católicos por la necesidad de crear un gran flota naval para la conquista de nuevos territorios tras el descubrimiento de la ruta de las Indias.
Así que ya sabéis, si el chocolate Belga es famoso es gracias a nosotros.
El chocolate rápidamente extendió su consumo en todas las capas sociales del País Vasco tras la fundación de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas en 1728.
Las semillas del cacao se secan o tuestan y se descascarillan y se muele con el rodillo de piedra previamente calienta da a 60º C colocando brasas bajo sus tres patas derritiendo en el proceso la manteca de cacao. Metate y metlapil.
El chocolate es el resultado de mezclar cacao y azúcar aromatizado con canela, vainilla o otras especias.
Éste es la tahona, aquí se muele y funde el cacao, se añade azúcar y aroma y se consigue el chocolate.
Aquí tenéis moldes y tabletas para el chocolate.
Esto es un trillo, es una especie de trineo que troceaba la paja y la espiga en las eras de los pueblos.
La harina que conseguían por sus propios medios era integral, es decir, que tenía el pellejo de la semilla o salvado. Para su separación se usaba el cedazo, una fina tela de seda de espacios entre hilos muy finos, extendida sobre un armazón que dejaba pasar la fina harina blanca, quedando en su interior las cascarillas.
Éstas son las batidoras, como veis han ido evolucionando, las primeras manuales, posteriormente a motor y finalmente con el motor eléctrico por si fallaba.
Molde de bizcocho de 7 pisos para bodas y demás festejos religiosos.
Para los caramelos el confitero utilizaba estos moldes con formas, dado que la mayoría de la población era analfabeta y así pudieran identificar los sabores.
A principios del siglo XX los cereros empiezan a usar la técnica de la cera al baño-maría, sumergiendo las mechas con contrapesos a través de moldes metálicos de diferentes diámetros. Así se producían velas de la misma longitud y diámetro y la cera restante caía al barreño y no se desperdiciaba.
Y para terminar la visita, nada mejor que pasarse por la
tienda de Gorrotxategi y tomarse un chocolate calentito.
Esperamos que os haya gustado.