Muchos de vosotros ya sabéis que hemos estado viajando por Brasil, país muy interesante gastronómicamente hablando.
Visitamos todo lo que pudimos en las casi 2 semanas que anduvimos por allá, por ello os queremos acercar un resumen de lo que más nos gustó y nos llamó la atención.
Brasil es el gran gigante sudamericano, por eso sus posibilidades gastronómicas son muy variadas y se pueden permitir el que cada región tenga sus platos típicos.
Las influencias indígenas, portuguesas y africanas han hecho de la gastronomía brasileña una de las más ricas y variadas del mundo.
El plato nacional es la feijoada, hecha a base de frijoles negros y cerdo. Lo sirven con arroz, verduras, harina de mandioca, plátano frito o col picada. Plato consistente donde los haya.
Otro plato muy típico es el Tacacá No Tucupi, consiste en una goma con una especie de polvo de mandioca y salsa. Una sopita caliente que a media mañana nos entro de maravilla mientras visitábamos un mercadillo y hacíamos algunas compras.
La bebida nacional es la caipirinha; elaborada con cachaça (aguardiente destilado de la caña de azúcar), zumo de lima, azúcar y hielo.
Los batidos de frutas y el agua de coco también son muy requeridos, y más en días de calor...
Tampoco puedes irte sin comer en uno de los miles de puestitos callejeros que encontrarás mientras paseas. Aquel día conocí las Coxinhas, un aperitivo elaborado con pechugas de pollo deshebradas, envuelto en una masa y luego fritas. En nuestra cultura sería algo parecido a una croqueta de pollo.
El mercado municipal de Sao Paulo es uno de los grandes atractivos de la ciudad.
Según nos comentaron no nos podíamos ir sin proba el pastel de bacalao y el bocadillo de mortadela, y cuando digo mortadela me refiero a un kilo de mortadela entre pan y pan.
Los desayunos y las meriendas también fueron parte importante de las vacaciones. ¡No se puede empezar el día con el estómago vacío!
Otra de las grandes pasiones de los brasileños son las "churrasquerías" ¿no sabéis qué es eso? pues son unos restaurantes muy típicos en los que el plato principal es la carne asada pinchada en un palo a lo bestia. Los camareros se pasean por las mesas, eliges la pieza de carne que más te guste y te la cortan al momento. La verdad es que resulta hasta divertido ver como tu ropa corre riesgo de ser enguarrada por la grasa animal mientras te cortan unos pedazos. Aun y todo, digno de ver y disfrutar entre amigos.
La comida japonesa callejera también nos maravillo, resultó muy interesante comerla bajo el chaparrón que nos calló encima aquel día en el mercado que se organiza cada fin de semana en el barrio Liberdade. ¿Sabíais que la mayor colonia de japoneses fuera de su país se encuentra en Sao Paulo? Interesante dato a tener en cuenta.
Visitamos varios de los grandes restaurantes de Brasil y algunos de los calificados como mejores del mundo, unos merecieron más la pena que otros, pero en ningún momento nos arrepentidos de comer en ellos. En breve os iremos contando cómo nos fue en cada uno de ellos.
Viaje divertido, interesante, cultural, gastronómico y corto, muy corto. Como siempre se quedan ganas de más, pero si de algo estoy segura, es de que volveré...