Discreto, esa es la palabra que mejor describe a este
restaurante de centro de San Sebastián.
No mucha gente sabría decir dónde está,
qué tipo de comida se ofrece y quién es el artista cocinero que hace las
delicias de todo el que tiene la suerte de reservar en una de las 8 mesas que
se esconden en su sótano.
Alicio, Juantxo e Isabel hacen de este restaurante un
entorno familiar y cercano para disfrutar de una buena comida tradicional.
Ningún lujo a la vista, da la impresión de estar dentro de un caserio, con esos
muebles rústicos, esa chimenea y esos cuadros de bodegones.
No tienen carta (tampoco de vinos) ni precios, ahora, lo que si puedes decir es que lo que pagas lo comes en calidad, esmero, calidad y cantidad. Los postres discretos, para que no se te olvide a lo que has venido, pero no por ello menos varolables.
Nosotros fuimos justo después de terminar la gastronomika y según ellos por eso no tenían tanta variedad en la carta, pues menos mal que tenían poco, ¿que no tendrán en otro momento?
El menú con el que nos deleitamos fue este y si, justo después de las kokotxas a mi acompañante, tan gastro-aventurero como yo, Jorge se le antojo el arroz con almejas que vio en la mesa de al lado y no pude decir que no a semejante manjar.
De toda la comida me siento moralmente obligada a destacar el txipirón, no hay palabra en el mundo que describa lo que sentí cuando comí esa exquisitez, se me pusieron los pelos de punta.
Salí del Ibai con una cosa claro, que volveré.
Salpicón de bogavante
Hongos y xixas
Txipirón a la plancha con aceite de ajos macerados y vinagreta
Kokotxas al pil-pil
Arroz caldoso con almejas
Tabla de quesos
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