Mi amiga Marta siempre quiso una boda de princesa y la tuvo,
pero no se le ocurrió mejor idea que la de casarse en Portugal en pleno verano. La perdonaremos por haber hecho que todo fuese tan cómodo para todos los que
nos desplazamos hasta allí. No se le escapó ningún detalle.
Lo que aún no sé si es normal es, si en todas las bodas
portuguesas suelen pasarse casi 9 horas comiendo ininterrumpidamente, sí sí,
habéis leído bien. Estoy segura de que se batió un récord guinness ese 1 de
septiembre a la boda con más comida por invitado.
Lo que si tengo de decir, es que todo estaba bueno. Comida para dar
y regalar y como veis, no iba a dejar pasar la oportunidad de poder
enseñároslo.
Un cocktail de bienvenida en un jardín precioso (la
bienvenida duró unas 3 horas) con sus rincones chill-out, su saxofonista,
cantante en vivo, parque infantil, carpas, 2 buffet de comida casera con sus
orejitas, morros, carrilera…, canapés, croquetas, canapés, ¿he dicho canapés? un cortador
de jamón, una mesa sólo para el marisco, que por cierto no nos dejaron meter
mano hasta que la pareja en cuestión hizo los honores, después de la correspondiente regañina del maître por robar un langostino, pero dejemos eso aparte.
Os dejo con las fotos que sé que os hace más ilusión que
leerme.
ZORIONAK MARTA Y BRUNO!!!
El restaurante, idóneo para estos eventos
En la carpa se celebró el banquete
Buffet de mariscos
Que no falte el chocolate
El interior de la carpa
Mesa nupcial
Mesa invitados
Con estos platos nos deleitamos, siento no poner lo que es cada uno, pero aun sigo esperando a que Marta me traduzca el menú...
La tarta nupcial
A la 1 de la madrugada estás tartas entraban... sobre todo la de chocolate
La fruta fue lo primero en terminarse
Y después de todo esto nos sacaron la "sopa verde" y un arroz de pato, siento no tenerla registrada.
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