Hace unos días tuve la oportunidad de comer en el Karlos Arguiñano.
Tengo que de decir que no iba con grandes expectativas, nunca nadie me habló ni bien ni mal del restaurante, creía que iba a ser más la fama del cocinero que comida, pero había que intentarlo.
Para mi sorpresa comimos bastante mejor de lo esperado, una relación calidad-precio muy buena con una comida sencilla, sin grandes alabanzas al autor pero con toque y unas vistas inmejorables con el Ratón de Getaria como protagonista a través de la ventana.
Elegimos el menú degustación con el Tataki fuera de carta que en ésta ocasión constaba de:
Tataki de Atún
Ensalada de perdiz escabechada con su misma verdura
Ravioli de hongos y gambas con pesto
Merluza rellena de txipirón pelayo con salsa de soja
Cochinillo deshuesado con agridulce de RAF
Copa de frutos rojos con helado mascarpone
Como bebida el Txakoli K5 de la bodega que Karlos tiene en Aia, a mi parecer bastante aceptable y mucho mejor de lo que me lo habían puesto.