Parada obligatoria para todo turista o persona que se acerque al Mercado de la Boquería.
El bar Pinotxo está situado en un lugar estratégico, concretamente entre los números 466 y 470, justo a la entrada y a la vista de todo el que pase por ahí.
Un bar-restaurante pequeñito y con su encanto personal que cuenta únicamente con 10 taburetes y una doble fila continua de gente que quiere comer y ser atendido por él y sólo él, ése es Juanito.
A Juanito sólo hay que observarlo durante unos minutos como atiende y te das cuenta de lo gran vendedor que es. Es muy habitual que una persona que únicamente esté mirando termine comiendo un menú completo y repitiendo al día siguiente, y si soy así de contundente es porque lo sé y porque me ha pasado.
Comida siempre fresca y de gran calidad adquirida en el propio mercado a primerísima hora de la mañana.
Sin duda es uno de los referentes del tapeo barcelones, no sólo por sus platos sino por la gran cantidad de cocineros nacionales e internacionales que disfrutan en uno de sus tan solicitados taburetes.
Los chipirones con garbanzos o con judías que nunca fallan (yo ya los he comido en dos ocasiones) la butifarra, el pulpo, las navajas o el bacalao son unos clásicos en su establecimiento.
El resultado fue la foto superior, mi café rápido se convirtió en un almuerzo con todas las de la ley. Mi "pasta salda" fue un bocata de tortilla de patata con pan tumaca que a las 11 de la mañana entraba...
Yo una vez más pequé, ¿y vosotros?