Lo tenía pendiente desde hacía tiempo, pero cuando el cuerpo te pide una buena dosis de chuletillas de cordero al sarmiento es cuando te acuerdas de que tienes a tu disposición y no muy lejos de casa un pequeño templo donde disfrutártelas.
Un restaurante pequeño pero con una terraza que tendré muy en cuenta para las noches de verano. Ya me estoy imaginando cenando ahí...
Carta corta pero con lo justo, ni más ni menos. Lo que tienen lo hacen bien.
Se va a lo que se va y punto, básicamente a meterse uno entre pecho y espalda una buena dosis de chuletillas al sarmiento y respirar aires de La Rioja en medio de Astigarraga.
Unas aceitunas de picoteo mientras se te va haciendo la boca agua sabiendo lo que te espera.
Opción de embutidos o tiras de bacalao en tempura con salsa de tomate casera y cebolla frita.
Nosotros optamos por la segunda y de maravilla, el tiempo justo para tener las chuletillas, careta, panceta y chorizo a punto.
Una ensalada verde de acompañamiento que siempre viene bien y ¡al ataque!
Nos chupamos hasta las uñas de los pìes, deliciosas...
El Yalde no dispone de carta de vinos, trabajan con vino de la casa y alguna elección ecológica muy puntual con la que nos llevamos una sorpresa.
El Ojuel Rioja 2014 de nuestro querido amigo Miguel fue un acierto, un ratito para que se oxigenase... ¡y perfecto!
Y para las golosas como yo que no dejamos escapar un dulce y mucho menos después de una comida tan sabrosa terminé con una bola de helado de queso del Roncal.
Cualquier excusa es buena para "bajar" la comida.
Un rincón a tener muyen cuenta para comer rico, a buen precio y con una terraza interior de lujo a nuestra disposición.
