Que a veces estoy como una regadera no lo niego ni yo, ni mi familia, ni mis amigos, ni mis, ni los que poco me conocen.
Sabía en Córdoba de un pequeño restaurante que me hacía honores, "Regadera". No os voy a convencer de que fuera una casualidad entrar en él, la visita estaba medio prevista ya que me la habían recomendado en un par de ocasiones con bastante insistencia.
Con una estética muy divertida, informal a buen precio y en plenas vacaciones ¿cuál es la excusa para no entrar?
Está situado en pleno casco histórico de la ciudad, en la ribera junto al puente romano y la mezquita, vamos que super céntrico.
Si echáis un vistazo a su web encontrareis bastante información sobre el restaurante, sus platos y su gente. ¡Muy chula por cierto!
Detalles en cada rincón que lo hacían especial.
Trabajan una cocina de mercado para gustar a prácticamente todos los públicos muy fresca y tradicional aunque con su toque.
Con un ambiente acogedor...
...y una comida muy pero que muy recomendable, mi disfrute personal se baso en los siguientes platos:
Las aceitunas como aperitivo en Córdoba no podían faltar.
Tartar de atún rojo y aguacate con sésamo, ponzu y emulsión de wasabi.
Pierna de cordero lechal lacada con su jugo, puré de zanahoria y migas picantes con especias marroquíes.
Postre de fresas con reducción de balsámico y pimienta de Jamaica, migas dulces de canela, helado de violetas y espuma de natillas.
Espero que hayáis disfrutado tanto como yo.
¡Hasta pronto!